“Si no eres tú, ¿quién? Si no es aquí, ¿dónde? Si no es ahora, ¿cuándo?"

martes, 2 de marzo de 2010

Jasper Maskelyne

Jasper Maskelyne fue una persona la mar de curiosa. No era militar de profesión, era difícil encontrar soldados profesionales cuando se recluta a cualquier chaval capaz de soportar el peso de un fusil en el frente y a cualquier chavala que sepa coser para enfermería. Pero a él sí le gustaba.




Su profesión era la de mago aunque previamente vivió del humor parodiando la masonería, no de ilusionista, sino mago de escenario, con sus trucos vistosos sin tener que realizarlos en una mesa con un tapete de cartas. Hijo de magos (y del inventor del váter callejero) y nieto de magos. Vamos, que si de casta le viene al galgo, de varita le viene al brujo. Me gustaría recordar la revista donde leí sobre él, era una con contenido variado centrada en la familia o algo parecido. En fin, da lo mismo.



Nuestro protagonista llevaba un espectáculo en Londres donde realizaba una serie de trucos con éxito de público. Casualidades de la guerra los alemanes decidieron bombardear la capital inglesa (de aquí salió el radar, todos lo sabemos) y él decidió que era más útil combatiendo que con los brazos cruzados. Con esto consiguió meterse en el ejército inglés (supongo que en ese momento no pedirían un currículum muy conseguido) y le asignaron tareas muy pequeñas, lo que le sentó muy mal porque confiaba en poder lucirse frente a sus superiores con su ingenio. Recaló en un importante grupo de ingeniería británico, Royal Engineers, donde decía que podía mejorar los camuflajes (como mago sabe perfectamente cómo desviar la atención y ocultar cosas, sean conejos en sombreros o piernas y troncos humanos aparentemente cortados a serrucho). Con esto, consiguió que sus superiores se acercasen a ver cómo creaba la ilusión de un barco alemán en el Támesis con unos espejos y un señuelo (similar al montaje de las gradas que utilizaron en Ben Hur). Convenció y decidieron destinarlo a África, a ver qué podía hacer.

Dejó los Royal Engineers para entrar en la Inteligencia Británica, concretamente en la sección 9. Allí, al enterarse de que su trabajo consistía en un show y no en algo relacionado con la guerra se pasó el tiempo entreteniendo a las tropas con sus trucos hasta Enero de 1941.




Debido a su insistencia el General Archibald Wavell cedió (más para quitárselo de encima que por estrategia militar) y le dispuso un grupo de hombres que, como él, no eran soldados profesionales: un carpintero, un restaurador de muebles, un pintor, un electricista etc. De forma que pudiesen ayudarle en sus montajes, justo lo que Jasper solicitaba. Fueron conocidos como The Magic Gang.



Uno de los problemas en la caliente y desértica África era el de movilizar armamento pesado sin que los vigías nazis o sus aviones sospechasen. ¿Cómo haces para que varios carros de combate -con orugas y no ruedas- crucen dunas sin que parezca que estás moviendo tanques? Conviértelos en camiones:

 
 
En esta imagen puede verse cómo la carrocería pertenece sin duda a un tanque pero la cubierta simula un camión. Se utilizaban unos “borradores” que eliminaban la huella de la oruga y pintaban la de un camión normal. De esta forma, si un avión sobrevuela la zona y lo ve en marcha pensará que es un camión de transporte, si algún alemán encuentra los rastros no sabrá que en realidad se trata de un carro de combate. Esto es tremendamente útil en sentido contrario, es decir, puede resultar interesante que el enemigo crea que cuentas con más unidades de combate de las que realmente tienes, así pues “convirtió” camiones y Jeeps en tanques y simuló algún que otro avión ayudado de cartones y lienzos. The Magic Gang funcionaba.
 
Mover Alejandría y hacer desaparecer el Canal de Suez evita bombardeos


Si te encuentras en medio del desierto es bastante probable que los que pasan por encima tuyo te controlen mejor de lo que tú controlas a ellos, con el terreno pasa lo mismo. Jasper consiguió confundir a algunos alemanes haciéndoles creer que movían unas piezas sobre el tablero cuando realmente la partida tomaba otro camino. Eso no era suficiente para evitar que los aviones nazis descargaran bombas sobre ellos, y el bombardeo era inminente. Habría que camuflarlo todo, pero no había tiempo. Jasper llegó a la conclusión de que si no podían mantenerse fuera del alcance de los aviones, había que mantener a los aviones fuera de su alcance. Los puntos claves a nivel topográfico que delataban su posición eran dos, Alejandría y el Canal de Suez, sin Aída ni Verdi. ¿Cómo hacer que los alemanes erraran con su destino? Moviendo Alejandría y dificultando la localización del canal. Manos a la obra. 3 millas más lejos de la Alejandría original, cerca de una bahía, colocaron todos los elementos para que, desde el aire, pareciera que eso era la Alejandría real (os hacéis una idea si recordáis al Manitas de Art Attack!), “construyeron” edificios, un faro, puestos de ataque, puntos de almacenamiento de artillería con armas falsas, falsos camiones… Y funcionó. Consiguieron confundir a los bombarderos germanos. Ahora viene lo difícil, ocultar el Canal. La solución utilizada consistió en un complejísimo y enorme (9 millas) juego de luces giratorias que simplemente, desorientase a los pilotos enemigos. De esta forma, al no saber dónde se encuentran, no localizarían el Canal de Suez (lógicamente, en sus mapas no aparecen esos puntos de luz, que pueden ser hasta puestos alemanes). Una jodida obra maestra, loca, muy loca, pero eficaz.

Con estas hazañas ya se tuvo seriamente en cuenta el potencial del Magic Gang y por ello fueron los encargados de ayudar a crear la ilusión de un ataque desde el Sur, cuando desde allí no pasaría nada. Esto es algo menos vistoso que todo el operativo anterior, pero al mismo tiempo era más necesario, la Operación Bertram dentro de la Batalla del Alamein. Hubo que camuflarlo todo. Debía parecer que el gran golpe vendría desde el Sur mientras en el Norte ya estaban listos para atacar con la ayuda del factor sorpresa. En el Norte ya habían preparado lo necesario y los tanques parecían mil camiones “inofensivos”, el en Sur se preparó un escenario de guerra completo. Se creó una estación de tren, se prepararon sonidos de conversaciones, aparecieron de la nada dos mil tanques y todo parecía listo para emprender el ataque. Pura farsa.
 
Como todos sabemos Hitler perdió la guerra. Europa sufrió cambios como para parar un tren. Los soldados volvían a sus hogares, otros… no, y como tal Jasper dejaba su amena carrera militar para dedicarse de nuevo al mundo del espectáculo. Si bien es cierto que se carteó con Churchill, por ejemplo, y en ese momento se le reconoció su papel en la contienda, nunca hubo un reconocimiento oficial. Por una razón o por otra no llegó a recibir las mismas críticas en su trabajo como antes de emprender su viaje bélico por lo que decidió dejar su carrera como mago y montar una autoescuela en Kenia (tal cual). Murió en el 73 con más pena que gloria. Los archivos de la Inteligencia Británica referidos a sus actividades dentro del ejército están clasificados hasta dentro de varias décadas.
 
http://www.elgekonegro.com/web/jasper-maskelyne-un-ilusionista-en-la-guerra/

2 comentarios:

  1. Me alegro de que te guste. Y ya si pones un enlace a la entrada: http://www.elgekonegro.com/web/jasper-maskelyne-un-ilusionista-en-la-guerra/ sería la hostia.

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  2. ¡Corregido! que es que soy un poco nuevo en todo esto. Ahora mucho mejor. Temdré que ir aprendiendo. Me encantó el artículo y el personaje. Gracias por todo

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