“Si no eres tú, ¿quién? Si no es aquí, ¿dónde? Si no es ahora, ¿cuándo?"

lunes, 21 de junio de 2010

QUIERO

Quiero borrar de mi ser el menor rastro de existencia; poco a poco; volveré a meditar; e intentaré no salir de nuevo de donde nunca me debí escapar.


Mi abuelo me lo enseñó todo. Es una pena que, todo, se me haya olvidado. La charca, otra vez, se ha vuelto a llenar. Otra vez, es Otoño. El riachuelo vuelve a fluir; a las montañas las ocultan las nieblas. Los influjos que vuelven, primero se acercan. Solo en mi pequeño infierno, todo vuelve a tener sentido. Fuera, siempre fuera; y lejos, siempre lejos. Espacio ocupado por el vacío; nada sin contener nada. Todo está dentro de todo.

Sigo encerrado; y sé que por alguna razón ahora no puedo recordar nada de lo pasado; también sé que sólo es momentáneo; no sé lo que es un recuerdo; me lo imagino, no sé por qué, como algo vacío.



Señales disuasorias. Espejos incompletos. Nada antes existió, antes de aparecer su reflejo. Espacios infinitos, sí, pero imaginarios; que existen en mentes finitas, aunque increíblemente complejas. Mentes, como la de todos.

Tierras pesadas de acabados imperfectos; solitarias. El gran sur se vuelve pequeño y el norte del revés. Mentes desarrolladas, imperfectas; salidas de otras mentes igualmente engendradas, no creadas; nunca nacidas.

Perlas pedidas que siguen cayendo, cada vez más profundo. Sé que llegarán. Espera y verás.



El tiempo, y todo lo que se mueve con él, depende principalmente de la dirección desde la que el viento sopla. Es de especial importancia a la hora de conocer de dónde provienen las nubes; y si éstas llegan cargadas de agua, o de polvo, o de las dos cosas a la vez, y entonces cuando descarga, y tú estás en la calle, y las gotas se te meten en la boca, y la lluvia sabe a tierra. El viento decide, a la vez que es decidido por fuerzas que le empujan y que con frecuencia se le escapan. Todo esto parece que lo sabemos; también que para nosotros es impredecible. Pero en tierras lejanas, existen humanos que con antiguas artes y algunos artilugios son capaces de predecir el tiempo antes de que suceda. Cosen separando el futuro; dos extrañas telas traídas del exterior, de un lugar lejano situado más allá del cielo.

El destello, y todo lo que se mueve con él, proviene de un profundo silencio. Cuanto más largo se hace, más luminoso; cuanto más se ilumina, menos durará el destello. Además, ha de ser sincero. El cielo se despejará, y se olvidarán de momento todas las preocupaciones, todas aquellas cosas que se quedaron sin remedio sin hacer. Tantas, y ahora no logro recordar ninguna. Flotan dispersándose en algún lugar; no está lejos, pero es complicado llegar; y ni siquiera sé por dónde empezar.

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